jueves, 9 de febrero de 2012

Michael Böhmer


Michael Böhmer

© Mahnmal für die opfer des 
Nationalsozialismus in Koblenz e.v.


Michael Böhmer, nacido Reinhardt, vino al mundo el 2 de abril de 1930 en Hunsrückort Morbach.

Michael fue el segundo de los tres hijos de Anton Bamberger y Philomene Reinhardt. Sus padres se ganaban la vida como comerciantes, yendo por los pueblos y ciudades de los alrededores. En invierno para evitar toda su crudeza estacionaban en las inmediaciones de Morbach.

En 1938 la familia Bamberger/Reinhardt se trasladó a vivir a Koblenz, concretamente a la Wöllersgasse número 17.

Su padre y uno de sus hermanos trabajaban realizando obras para la ingeniería civil. Su madre siguió dedicándose al comercio.

Michael asistió al colegio y se siempre se sintió aceptado y querido por sus profesores y compañeros. Le encantaba aprender nuevas cosas y soñaba con converirse de mayor en un gran mecánico de automóviles.

En 1939 lo abuelos, Gottfried Bamberger y la abuela Anna, también se mudaron a vivir a casa de Michael, en la Wöllersgasse de Koblenz.

Por desgracia para Michael y su familia los nazis aumentaron la presión sobre los Romaníes que vivían en Alemania, empezaron a sufrir las visitas de personas del departamento de Higiene Racial con el objeto de proceder a su clasificación racial.

El 27 de abril de 1940 el Reichführer de las SS y jefe de la policía alemana Heinrich Himmler dio las órdenes precisas para proceder a la deportación de unos 2500 Romaníes que vivían en las zonas fronterizas del oeste y noroeste de Alemania, con destino al "Gobierno General" (territorios ocupados por los nazis en Polonia), así el 16 de mayo de 1940, por la mañana muy temprano, la policía judicial, vestidos con ropa civil, expulsaron fuera de su hogar a Michael y su familia, así como a numerosos Sinti que vivían en Koblenz (en total 77 personas). Los montaron a bordo de camiones y los condujeron al punto central de recogida que fue situado en el recinto ferial de Köln-Deutzer.

Los nazis pusieron un número a cada Sinti y estos números quedaban también estampados en sus pasaportes y en su documentación personal. Fueron deportados en tren hasta el Gobierno General en Polonia. Previamente, y antes de subir al tren los nazis los obligaron a firmar un documento por el que podían ser trasladados con destino a un campo de concentración.

A Finales de mayo de 1940 Michael junto a su familia llegaron al gueto judío de Chelze. Allí las personas malvivían en su interior (Judíos y Romaníes) en unas condiciones infrahumanas. El padre de Michael fue obligado a realizar trabajos forzados en una cantera de piedra caliza.

En sus memorias Michael señala lo siguiente:

“Yo me hallaba junto a mi padre trabajando en una cantera…Este trabajo resultaba terrible…Todo el mundo tenía heridas abiertas, especialmente en las piernas… Yo no era nada más que  un niño de diez años de edad que llevaba a cabo el mismo trabajo que hacían los adultos…”

Fue su capacidad para trabajar la que salvó a Michael de una muerte segura. Su hermano mayor y su hermana murieron de tifus en el gueto.

En el invierno de 1944/1945 Michael y su familia fueron liberado por los rusos. Una vez liberados volvieron a Koblenz. Después de la guerra, Michael se trasladó a vivir a Darmstadt lugar en el que contrajo matrimonio. Su esposa había sufrido un duro destino. Ella había sido deportada con su familia al "Campo Gitano" de Auschwitz-Birkenau, de allí fue transferida a Ravensbrück y se contó como la única superviviente de su familia en el genocidio de los Sinti y Roma cometido por los nazis y sus colaboradores, el Porrajmos.

Ambos han sufrido tremendas penurias a lo largo de sus vidas, intentando luchar contra las fatales consecuencias físicas y psicológicas derivadas de la persecución vivida durante la guerra. Los dos han vivido en medio de enormes dificultades padecidas en silencio en Darmstadt.

Michael Böhmer durante todos estos años arrastró las secuelas de la guerra, viviendo con una enfermedad, y padeciendo la humillación de haberle sido otorgada una irrisoria pensión, a pesar del terrible sufrimiento padecido.

Fuentes:
- „Ich war zehn Jahre alt. An viele Einzelheiten kann und will ich mich nicht entsinnen.“, Michael Böhmer: en: Herbert Heuss: Darmstadt. Auschwitz. Die Verfolgung der Sinti in Darmstadt, Frankfurt/Main 1995, Páginas. 82 – 85.
- Artículo “Arbeit im Steinbruch im Alter von erst zehn Jahren”, de Joachim Hennig publicado en Rhein-Zeitung el 20 de enero de 1999.
- Mahnmal für die opfer des Nationalsozialismus in Koblenz e.v.